Mujer-libro de Salvador Dalí |
La tradición literaria ha relegado la voz de la mujer a contados casos muy singulares dentro del género narrativo: el cuento ha sido cultivado , en ocasiones, por reconocidas autoras en todas la épocas de la Historia de la Literatura.Como resultado de la labor de estas escritoras y la magnífica recopilación por parte de alguna de las antologas más reconocidas del ambito de las letras nacen los siguientos libros que os propongo leer.El legado literario femenino es muy importante y no debemos dejar de acercarnos a su lectura con una visión del siglo XXI.
Los 20 cuentos agrupados en La Eva fantástica son un reflejo de la
atracción que el tema de lo sobrenatural ha ejercido sobre las
escritoras de todas las épocas. Desde Mary Shelley hasta Patricia
Highsmith, estas autoras nos ofrecen una selecta muestra de la
literatura de terror, misterio, aparecidos y demás seres fantásticos.
Los relatos sorprenden por su gran calidad y por la variedad de temas.
Entre los cuentos victorianos de fantasmas, el original El relato del
oficial holandés, en el que la criatura fantasmal es un perro; el
inquietante De mármol, tamaño natural, de Edith Nesbit, un cuento de
corte romántico que nos seduce con el vigor de sus estatuas vivientes; o
el encantador La gemela de la reina, en el que una imposible doble de
la reina británica vive una vida paralela a ésta en una perdida región
de la costa de Maine. De escritoras españolas, Hijo del alma, de Pardo
Bazán, en el que una mujer, enloquecida por la muerte de su marido,
afirma que engendró un hijo de éste después de morir; y el metafísico
relato de Rosa Chacel Icada, Nevda, Diada, evocador ya desde su título.
Entre las más conocidas, Isak Dinesen nos presenta una historia de hondo
contenido psicológico. Por su parte, Leonora Carrington, en un cuento
de delirante humor surrealista, narra cómo una chica es sustituida en un
baile por una hiena. Y Muriel Spark consigue dar un vuelco al
tradicional cuento de fantasmas con su Portobello Road, que gira
alrededor del hallazgo de una aguja en un pajar. En suma, tradición y
ruptura en unos relatos en los que lo sobrenatural se hace dueño y
protagonista para remover lo cotidiano y sumergirnos en lo desconocido.
Madres e hijas: una realidad universal, una relación crucial, y sin
embargo, un tema llamativamente ausente de la historia de la literatura.
Para que adquiriese carta de ciudadanía, ha habido que esperar a que
las mujeres escribieran y a que fueran configurando una tradición
propia. Es significativo que una de las más tempranas obras debidas a
una mujer sean las cartas de Madame de Sévigné (1626-1696) dirigidas a
su hija. Pero es solo en el siglo XX -a medida que las mujeres
escritoras van dejando de ser una rareza- cuando el dúo madre-hija
comienza a tener una presencia literaria notable. Las primeras obras en
darle protagonismo, como Sido de Colette o Una muerte muy dulce
de Simone de Beauvoir, fundan un género -la evocación de la madre
muerte- que luego se multiplicará, ramificándose, en obras como las de
Annie Ernaux, W.A. Mitgutsch, Carla Cerari, Amy Tan, Isabel Allende o
Susanna Tamaro hasta convertirse en un lugar común de la narrativa
contemporánea, e inspirar a escritores varones que empiezan a su vez a
escribir sobre sus padres. Aunque la literatura castellana parece
peculiarmente reacia al análisis de sentimientos y, en general, a la
esfera íntima ("Nuestra intimidad es esteparia", se lamentaba Gil de
Biedma), la realción entre madres e hijas es un tema presente en la obra
de muchas escritoras contemporáneas, como lo atestiguan los relatos
-anteriormente publicados- de Rosa Chacel, Carmen Laforet, Carmen Martín
Gaite y Ana María Matute que hemos seleccionado. A ellos se añaden
otros de autoras más jóvenes, escritos expresamente para este libro y,
por lo tanto, inéditos. La figura de la madre, de la hija, o la
maternidad en sí, suscitan en cada uno de estos textos visiones muy
dispares: declaración de amor, lucha a muerte, fantasía entre angelical y
terrorífica, crítica radical a los valores de la sociedad en que
vivimos, diferenciación entre madres y mamás, o análisis de
sentimientos ambiguos en torno a una madre percibida como nudo gordiano
en el que se entralazan infancia y madurez, agobio y orfandad, rivalidad
y adoración... y cuya muerte parte en dos la vida de la hija.
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