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sábado, 22 de febrero de 2014

Dante Gabriel Rossetti

Muerte de Ofelia ,detalle (1852) de John Everet Millais en Tate Gallery (Londres)
10 de Febrero de 1862
Después de pasar la noche con su amigo A.C. Swinburne, el pintor y poeta Dante Gabriel Rossetti encuentra a su mujer muerta, víctima de una sobredosis de láudano. Elisabeth Siddal, además de pintora -muy admirada por Ruskin-, fue la modelo de muchos retratos prerrafaelitas.

jueves, 20 de febrero de 2014

El canon de belleza en la poesía dorada

                DE CÓMO LA BELLEZA RECUERDA QUE LA VIDA ES BREVE

Grandes los ojos son, la vista breve
(o amor la abrevia, porque a herir apunta);
arco es la ceja, y el mirar es punta
a quien amor sus vencimientos debe.

A su mejilla el nácar debe;
adonde en llamas de coral difunta
fuera la rosa, más su incendio junta
a la azucena de templada nieve.

El arte es superior, pero sin arte
el ingenio es acierto y no es ventura;
el andar es compás y no es cuidado.

De tantas partes no presume parte;
hermosa pudo ser sin hermosura;
yo, sin amor, viviera enamorado.
                   GABRIEL DE BOCÁNGEL


       
Mientras por competir con tu cabello,
oro bruñido al sol relumbra en vano;
mientras con menosprecio en medio el llano
mira tu blanca frente el lilio bello;
mientras a cada labio, por cogello.
siguen más ojos que al clavel temprano;
y mientras triunfa con desdén lozano
del luciente cristal tu gentil cuello:

goza cuello, cabello, labio y frente,
antes que lo que fue en tu edad dorada
oro, lilio, clavel, cristal luciente,

no sólo en plata o vïola troncada
se vuelva, mas tú y ello juntamente
en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.                                                               
                         LUÍS DE GÓNGORA


                                                        A UNA CALAVERA DE MUJER
Esta cabeza, cuando viva, tuvo
sobre la arquitectura de estos huesos
carne y cabellos, por quien fueron presos
los ojos que mirándola detuvo.

Aquí la rosa de la boca estuvo,
marchita ya con tan helados besos;
aquí los ojos, de esmeralda impresos,
color que tantas almas entretuvo;

aquí la estimativa, en quien tenía
el principio de todo movimiento;
aquí de las potencias la armonía.

¡Oh hermosura mortal, cometa al viento!
                                                       ¿En donde tanta presunción vivía
                                                       desprecian los gusanos aposento?
                                                        LOPE DE VEGA


RIESGO DE CELEBRAR LA HERMOSURA DE
LAS TONTAS
Sol os llamó mi lengua pecadora,
y desmintióme a boca llena el cielo;
luz os dije que dábades al suelo,
y opúsose un candil, que alumbra y llora.

Tan creído tuvisteis ser aurora
que amanecer quisisteis con desvelo;
en vos llamé rubí lo que mi abuelo
llamara labio y jeta comedora.

Codicia os puse de vender los dientes
diciendo que eran perlas; por ser bellos
llamé los rizos minas de oro ardientes;

pero si fueran oro los cabellos,
calvo su casco fuera, y diligentes
mis dedos os pelaran por vendellos.
***
                                           
                                                 MUJER PUNTIAGUDA CON ENAGUAS
Si eres campana ¿dónde está el badajo?
Si Pirámide andante vete a Egito,
Si Peonza al revés trae sobrescrito,
Si Pan de azúcar en Motril te encajo.

Si Capitel ¿qué haces acá abajo?
Si de disciplinante mal contrito
Eres el cucurucho y el delito,
Llámente los Cipreses arrendajo.

Si eres punzón, ¿por qué el estuche dejas?
Si cubilete saca el testimonio,
Si eres coroza encájate en las viejas.

Si büida visión de San Antonio,
Llámate Doña Embudo con guedejas,
                                                    Si mujer da esas faldas al demonio.
***
De quince a veinte es niña; buena moza
de veinte a veinticinco, y por la cuenta
gentil mujer de veinticinco a treinta,
¡dichoso aquel que en tal edad las goza!
De treinta a treinta y cinco no alboroza,

mas se puede comer con salpimienta.
Pero de treinta y cinco hasta cuarenta,
anda en vísperas ya de una coroza.

A los cuarenta y cinco es bachillera,
gansea, pide y juega del vocablo.
Cumplidos los cincuenta da en santera.

A los cincuenta y cinco hecha retablo,
niña, moza, mujer, vieja, hechicera,
bruja y santera, se la lleva el diablo.
FRANCISCO DE QUEVEDO


A continuación una lectura interesante  de Mª Rita Ramilo Costas extraída  de la obra El ideal de belleza femenina en la literatura de los Siglos de Oro:
                                                        La moda del colorete
Pasemos al siglo XVII. Durante este siglo los esfuerzos de las mujeres de las clases altas en la búsqueda de la belleza se centraron más en el cuidado del cutis que en el resto del cuerpo. Esta es la época dorada de la cosmética y se impuso la moda del colorete. Se aprecian mejillas enrojecidas (el aliado que oculta la palidez que producen las noches de vigilia y las cenas), polvos blancos aplicados en el cuello y los hombros (debido a la importancia de tener una piel blanca y transparente en contraste con la piel más tostada perteneciente normalmente a la gente que trabajaba en el campo) y lunares en el rostro (que sirven para disimular pecas o granos). En relación con el canon de la piel clara, indicaremos que una costumbre de las mujeres nobles de la época era comer búcaros con la finalidad de proporcionar color a los labios y al mismo tiempo mantener la piel blanquecina. Y es que los búcaros son jarros finos de barro rojizos empleados para conservar fría el agua. Así, pues, las damas comían jarros y en muchos casos se convirtió en una auténtica obsesión que provocó la ira de los moralistas y de los confesores. Estos últimos imponían a las damas la penitencia de no comer búcaros durante varios días.

En el siglo XVII se avanzó notablemente en la formulación de cremas sofisticadas, lociones y esencias; se escribieron numerosas publicaciones relacionadas con la elaboración y empleo de recetas cosméticas. En relación a ello, citaremos el nombre de la florentina Catalina de Médicis ("Reina de Francia", esposa de Enrique II) como gran impulsora del estudio de productos para lograr una piel perfecta.

Ante tal panorama es normal que literariamente muchos escritores aborden una temática típicamente barroca: el engaño de los sentidos. Góngora nos avisará de ese engaño en la conocida composición "La dulce boca..." ("La dulce boca que a gustar convida / un humor entre perlas destilado, / y a no envidiar aquel licor sagrado / que a Júpiter ministra el garzón de Ida, / ¡amantes! no toquéis si queréis vida: / porque entre un labio y otro colorado / Amor está de su veneno armado,/ cual entre flor y flor sierpe escondida. / No os engañen las rosas que al Aurora / diréis que aljofaradas y olorosas / se le cayeron del purpúreo seno. / Manzanas son de Tántalo y no rosas, / que después huyen del que incitan ahora / y sólo del Amor queda el veneno."). 

En el anterior poema se aprecia el tópico clásico Latet anguis in herba (la culebra se esconde en la hierba) que se refiere al carácter engañoso de la naturaleza, y por extensión, de la realidad. La literatura barroca se adentra en la falsa apariencia de la cosas; se muestra preferencia por el artificio y la mentira, en contraposición a la estética renacentista. Así, por ejemplo, la caducidad de la belleza femenina será uno de los temas frecuentes en la poesía del madrileño Francisco de Quevedo. Un ejemplo son los siguientes versos pertenecientes al soneto 469 ("¿No ves que si halagüeñas tiranías / me consumen, que, mustio, cada instante, / roba tu primavera en horas frías, / y ya al arrugado y cárdeno semblante, / que mancillan los pasos de los días, / no volverá a su flor ni amor ni amante?").

En conclusión, el canto a la belleza femenina o a su caducidad es una constante en el arte literario de los Siglos de Oro.

martes, 18 de febrero de 2014

Cuentos escritos por mujeres

Mujer-libro de Salvador Dalí
La tradición literaria ha relegado la voz de la mujer a contados casos muy singulares dentro del género narrativo: el cuento ha sido cultivado , en ocasiones, por reconocidas autoras en todas la épocas de la Historia de la Literatura.Como resultado de la labor de estas escritoras y la magnífica recopilación por parte de alguna de las antologas más reconocidas del ambito de las letras nacen los siguientos libros que os propongo leer.El legado literario femenino es muy importante y no debemos dejar de acercarnos a su lectura con una visión del siglo XXI.

Los 20 cuentos agrupados en La Eva fantástica son un reflejo de la atracción que el tema de lo sobrenatural ha ejercido sobre las escritoras de todas las épocas. Desde Mary Shelley hasta Patricia Highsmith, estas autoras nos ofrecen una selecta muestra de la literatura de terror, misterio, aparecidos y demás seres fantásticos. Los relatos sorprenden por su gran calidad y por la variedad de temas. Entre los cuentos victorianos de fantasmas, el original El relato del oficial holandés, en el que la criatura fantasmal es un perro; el inquietante De mármol, tamaño natural, de Edith Nesbit, un cuento de corte romántico que nos seduce con el vigor de sus estatuas vivientes; o el encantador La gemela de la reina, en el que una imposible doble de la reina británica vive una vida paralela a ésta en una perdida región de la costa de Maine. De escritoras españolas, Hijo del alma, de Pardo Bazán, en el que una mujer, enloquecida por la muerte de su marido, afirma que engendró un hijo de éste después de morir; y el metafísico relato de Rosa Chacel Icada, Nevda, Diada, evocador ya desde su título. Entre las más conocidas, Isak Dinesen nos presenta una historia de hondo contenido psicológico. Por su parte, Leonora Carrington, en un cuento de delirante humor surrealista, narra cómo una chica es sustituida en un baile por una hiena. Y Muriel Spark consigue dar un vuelco al tradicional cuento de fantasmas con su Portobello Road, que gira alrededor del hallazgo de una aguja en un pajar. En suma, tradición y ruptura en unos relatos en los que lo sobrenatural se hace dueño y protagonista para remover lo cotidiano y sumergirnos en lo desconocido.

Madres e hijas: una realidad universal, una relación crucial, y sin embargo, un tema llamativamente ausente de la historia de la literatura. Para que adquiriese carta de ciudadanía, ha habido que esperar a que las mujeres escribieran y a que fueran configurando una tradición propia. Es significativo que una de las más tempranas obras debidas a una mujer sean las cartas de Madame de Sévigné (1626-1696) dirigidas a su hija. Pero es solo en el siglo XX -a medida que las mujeres escritoras van dejando de ser una rareza- cuando el dúo madre-hija comienza a tener una presencia literaria notable. Las primeras obras en darle protagonismo, como Sido de Colette o Una muerte muy dulce de Simone de Beauvoir, fundan un género -la evocación de la madre muerte- que luego se multiplicará, ramificándose, en obras como las de Annie Ernaux, W.A. Mitgutsch, Carla Cerari, Amy Tan, Isabel Allende o Susanna Tamaro hasta convertirse en un lugar común de la narrativa contemporánea, e inspirar a escritores varones que empiezan a su vez a escribir sobre sus padres. Aunque la literatura castellana parece peculiarmente reacia al análisis de sentimientos y, en general, a la esfera íntima ("Nuestra intimidad es esteparia", se lamentaba Gil de Biedma), la realción entre madres e hijas es un tema presente en la obra de muchas escritoras contemporáneas, como lo atestiguan los relatos -anteriormente publicados- de Rosa Chacel, Carmen Laforet, Carmen Martín Gaite y Ana María Matute que hemos seleccionado. A ellos se añaden otros de autoras más jóvenes, escritos expresamente para este libro y, por lo tanto, inéditos. La figura de la madre, de la hija, o la maternidad en sí, suscitan en cada uno de estos textos visiones muy dispares: declaración de amor, lucha a muerte, fantasía entre angelical y terrorífica, crítica radical a los valores de la sociedad en que vivimos, diferenciación entre madres y mamás, o análisis de sentimientos ambiguos en torno a una madre percibida como nudo gordiano en el que se entralazan infancia y madurez, agobio y orfandad, rivalidad y adoración... y cuya muerte parte en dos la vida de la hija.

lunes, 17 de febrero de 2014

Blanca como la nieve, roja como la sangre



                                     TÍTULO: Blanca como la nieve, roja como la sangre.
   AUTOR: Alessandro D'avenia.
 AÑO: 2010.
 PÁGINAS: 256.
 EDITORIAL: Grijalbo. 
ISBN: 9788425344244 
SINOPSIS: La conmovedora historia de un adolescente de 16 años, enfrentado a una difícil experiencia que le lleva a redefinir sus sentimientos en cuanto a amistad y amor, vida y muerte, y a aprender la importancia de cumplir sus sueños. SIEMPRE ME HE PREGUNTADO POR QUÉ EL AMOR Y LA SANGRE SON DEL MISMO COLOR: AHORA YA LO SÉ.

sábado, 1 de febrero de 2014

Viaje literario por Berlín


Escritores de todo el mundo y de todas las épocas se han interesado constantemente por la ciudad de Berlín, y la han elegido en múltiples ocasiones como escenario de sus obras.
Si tenemos en cuenta que Berlín ha sido y sigue siendo una ciudad esencialmente vanguardista, cuya riqueza se basa más en la creatividad de sus habitantes que en recursos económicos, no es extraño que se haya convertido en un perfecto laboratorio literario.
Por eso, aquí lleváis un listado de obras sobre Berlín, organizado según la época en la que se ambientan, para que desde casa podáis tomar un primer contacto si es que aún no habéis visitado la ciudad,  o para seguir descubriendo la fascinante historia de la capital de la literatura.
Cada rincón de esta ciudad tiene algo que ofrecernos en relación con la literatura,por eso no debemos dejar de visitar algunos de sus lugares más emblemáticos como las librerías,los cafés literarios,la casa museo de Bretch y su esposa, Bebelplatz es una  plaza que da fe de la ignominia de la quema de libros bajo el régimen nazi, Alexanderplatz,etc

Empezamos la ruta literaria por Berlín visitando la Bebelplatz: se trata de una plaza rectangular
totalmente empedrada, que recibió su nombre en 1947 del cofundador del partido político SPD August Bebel, se creó en 1740 tras el derribo de la antigua fortificación de Berlín. Von Knobelsdorff concibió esta nueva plaza para que fuera el centro del Forum Fridericianum con una ópera, el edificio de la academia prusiana de las ciencias y un palacio real. Sin embargo, el proyecto original no pudo llevarse a cabo. Solo se erigió el edificio de la ópera (1741-43), con lo cual el terreno recibió el nombre de Opernplatz (plaza de la ópera).Bebelplatz es una de las plazas más bonitas de la capital. Esto no solamente es debido a los edificios que la rodean, sino también a su situación junto al fantástico bulevar de Unter den Linden.
Detrás de la Ópera Nacional, que hasta hoy sigue aquí, se eleva la catedral católica de finales del s. XVIII St.-Hedwigs-Kathedrale (1747-73), en su parte occidental se encuentra la Biblioteca Real (1775-80), conocida como la "Kommode" (la cómoda), que hoy pertenece a la Universidad Humboldt, así como el Alte Palais, que también utiliza la universidad.
El 10 de mayo de 1933 la Bebelplatz pasó tristemente a la historia, ya que aquí se llevó a cabo la quema de libros de los nacionalsocialistas; en ella se arrojaron a las llamas obras de la literatura universal de autores como Heinrich Mann, Thomas Mann, Erich Kästner, Stefan Zweig, Heinrich Heine, Karl Marx o Kurt Tucholsky.
Este hecho se recuerda desde 1995 por el monumento subterráneo de Micha Ullmann. En él se ve, a través de un cristal artificial situado en el suelo en medio de la plaza, una biblioteca con las estanterías vacías.

Siguiente parada la Casa-Museo de Brecht .Todas las grandes ciudades tienen su cementerio para
Casa-Museo de Brecht y su esposa
los hijos célebres. En Berlín, las lápidas y placas conmemorativas del Cementerio Dorotheenstädtischer de la Chausseestraße son el quién es quién de la elite intelectual alemana. Fundado en 1762 y ampliado en varias ocasiones hasta 1826, están enterrados aquí personajes como los filósofos Georg Wilhelm Friedrich Hegel y Johann Gottlieb Fichte, los escritores Heinrich Mann, Johannes R. Becher, Arnold Zweig y Anna Seghers, el director Heiner Müller, los arquitectos Friedrich August Stüler y Karl Friedrich Schinkel, el artista John Heartfield, la actriz Helene Weigel y el impresor Ernst Theodor Litfaß. El antiguo presidente federal Johannes Rau tiene aquí desde 2006 su tumba honorífica. En la entrada del cementerio se encuentra la Casa de Bertolt Brecht, donde el poeta vivió sus últimos años. Hoy alberga el archivo de Bertolt Brecht y un foro de literatura.

Berlín es un auténtico paraíso para bibliófilos. En la capital hay innumerables librerías y anticuarios en los que los amantes de la lectura podrán pasar horas rebuscando y hojeando. Al margen de los grandes comercios, las pequeñas librerías merecen especialmente la pena, ya que suelen tener una oferta diferente, especializada y cuidadosamente seleccionada.

Os remito a la siguiente página por si estáis interesados en hacer algunos de los paseos literarios más especiales por esta ciudad tan cosmopolita.Leed siempre y disfrutad de la capital alemana

MALETA LITERARIA
 Aquí tenéis algunas lectura de Berlín, clasificadas por la época histórica en que se ambientan.Si estáis muy interesados en el horror nazi os remito al siguiente enlace donde podéis encontrar una amplia lista de obras literarias ambientadas en el Holocausto judío.

REPÚBLICA DE WEIMAR
Berlín Alexanderplatz,  de Alfred Döblin
Berlín 1927: Franz Biberkopf ha pasado cuatro años en la cárcel por un homicidio cometido en estado de enajenación mental. Por fin libre, vaga por la seductora ciudad. Su propósito: encontrar un apartamento y un trabajo, empezar una nueva vida, convertirse en mejor persona. Pero en el caos de la ciudad y de la gente ya no sabe orientarse, y pronto vuelve a torcerse su camino. Las tentaciones y encantos de la gran ciudad lo superan, y sus primeros intentos de deshacerse de su antiguo yo fracasan. Largo tiempo se ve obligado a deambular el antihéroe de esta epopeya berlinesa, hasta que de forma inesperada consigue aproximarse al objetivo de su camino.Gracias a su técnica de collage de diferentes tipos de textos, al cambio de niveles narrativos y al método del monólogo interior, Döblin crea una vívida semblanza del Berlín de la década de 1920. El lector acompaña a Franz Biberkopf en su travesía por la jungla moderna, que siempre acaba yendo a dar a la plaza Alexanderplatz.


TERCER REICH Y 1945
Los Hermanos Opperman, de Lion Feuchtwanger
La novela cuenta la historia de los hermanos Oppermann y sus respectivas familias entre los años 1932 y 1933, ante el trasfondo de la toma de poder por parte de los nazis en Alemania.
La familia judía de los Oppermann se encuentra plenamente integrada en la alta sociedad berlinesa. Los hermanos son exitosos y reconocidos: Martin gestiona la fábrica de muebles heredada del abuelo, Edgar es médico jefe en el hospital Charité y Gustav es un humanista dedicado a la literatura. Ninguno de ellos es capaz de imaginar lo que les espera dentro de un año: tener que huir de su querida patria debido al movimiento popular.
En uno de los numerosos hilos argumentales añadidos también se menciona a la clase obrera. El vendedor Markus Wolfsohn se ve discriminado y acosado cada vez más, hasta que decide emigrar a Palestina tras un interrogatorio con la SA (las así denominadas "tropas de asalto").
Feuchtwanger escribió Los hermanos Oppermann en 1933, cuando ya se encontraba en el exilio. De manera cautivadora e insistente nos describe el brutal progreso del acaparamiento de poder por los nazis, así como su complejo de superioridad racial, hasta enquistarse en el interior de la sociedad alemana. También refleja con claridad la pérdida irreversible para Berlín que supone romper con una larga tradición de convivencia, desterrando a la población judía.



SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
Una mujer en Berlín, Anónima

Berlín en las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial. Los habitantes esperan en los sótanos de las casas el fin de los bombardeos, el fin de la guerra. Pero la capitulación de Alemania en mayo de 1945 no trae consigo la anhelada paz, sino al Ejército Rojo y, con él, el saqueo y las violaciones. Berlín es una ciudad sin ley en la que la vida y la propiedad no tienen valor. Sin electricidad, sin agua, sin comida y en miedo constante ante las “relaciones obligadas” con los rusos, uno intenta salvar lo único que le queda: la vida.
Una mujer en Berlín contiene el diario que una autora anónima llevó durante los últimos días de la guerra y después de estos. De forma sorprendentemente sobria y sutil la mujer describe la vida en la ciudad destruida, en la que ya sólo impera la ley del más fuerte. Con cruel precisión plasma el sufrimiento y los abusos contra las personas en un momento en el que todo parece perdido. Pero del sufrimiento también surge la solidaridad que da fuerza y esperanza para un futuro incierto. Un libro conmovedor.



GUERRA FRÍA Y MURO
La avenida del sol, de Thomas Brussig
Michael Kuppisch, llamado Micha, es un „zoni“. Su calle empieza en el número 379 porque vive en la parte más corta de la dividida Avenida del Sol, en Berlín oriental, en la “zona”. Es cierto que la parte más larga de la calle se encuentra a sólo unos metros de la casa de Micha, pero está al otro lado del muro de Berlín y de la franja de la muerte, en otro país, la RFA.
La vida cotidiana de Micha está determinada por los encuentros con su pandilla, con el “potencial”. Le acompaña la música, que de hecho está prohibida en el Este, le endulza la vista Miriam, la más guapa del colegio, y le devuelve a la cruda realidad el hecho de que sus padres estén adaptados al sistema. La madre de Micha quiere hacer de él un “buen ruso” y por eso le llama “Mischa”, su padre escribe protestas que por miedo nunca envía y Micha escribe para Miriam la historia de su vida en sus cuadernos del colegio. Nadie en el entorno de Micha puede sospechar qué poco tiempo le queda a la vida cotidiana de la RDA.


CAÍDA DEL MURO DE BERLÍN
Nox, de Thomas Hettche

Berlín en la noche del 9 de noviembre de 1989: el Muro ha caído. El delirio colectivo recorre la ciudad. Mientras la gente del Este y del Oeste se abrazan los unos a los otros, por las calles deambula una mujer que guarda un oscuro secreto. Acaba de cometer un asesinato. Confusa y perpleja, erra escrutando una ciudad conmocionada por la alegría y la ilusión. Durante su vagabundeo en dirección al Este cruza la “cicatriz”, la antigua frontera, que tanto se parece a la que lleva en su cuerpo.
Thomas Hettche recrea, de forma surrealista, la noche de la caída del Muro, una noche en la que todo parece posible. El lector vaga tras los pasos de una asesina, que busca ella misma su propia identidad, por una ciudad que se ha unificado después de 28 años. En ese histórico momento Berlín forma un escenario que no puede ser más embriagador. 


TRAS LA REUNIFICACIÓN HASTA LA ACTUALIDAD
Yo no soy Berlinés, de Vladimir Kaminer
Llegué hace quince años a Berlín oriental, por razones que aún hoy me resultan incomprensibles. Probablemente fue simple curiosidad por conocer mundo y un ansia irrefrenable por viajar lo que me arrastró hasta Berlín. El viaje resultó una decisión fatal. Una vez que se llega aquí es ya casi imposible salir. Berlín ata. 
Esta irreprimible curiosidad ha seguido inmutable en Wladimir Kaminer y lo demuestra a lo largo de su “guía para turistas vagos”, con un índice que despliega títulos tan sugerentes como Fauna berlinesa o Porqué en Berlín llama siempre el cartero dos veces.
Desde el sofá y con este libro entre las manos, nosotros también nos transformaremos en unos inquietos viajeros contagiándonos de su entusiasmo por la capital alemana. Guiados por el autor descubriremos el Berlín más extravagante y entrañable, dejándonos seducir por toda una serie de anécdotas personales que construyen esta original guía de viaje, salpicada de situaciones que desembocan en carcajadas.

Desde su peculiar punto de vista de moscovita de nacimiento pero berlinés de adopción, Kaminer nos va acercando a la cotidianidad urbana de ese Berlín que “ata”. En cada capítulo, y recogidos en un anexo final con informaciones prácticas como horarios y direcciones, el autor irá desgranando recomendaciones y susurrándonos al oído sus particulares “Geheimtipps” (“soplos”) que incluyen tanto los imprescindibles monumentos y museos como las carreras de cucarachas, los mercadillos, los circos infantiles, los cementerios, teatros, cafés y tiendas de moda, hasta las oseras o las peluquerías turcas.

HOLOCAUSTO
No hay cielo sobre Berlín , de Helga Schneider
Autora, de Déjame ir, madre - el conmovedor intento de una mujer por reconciliarse con su anciana madre a pesar del abismo ideológico que las separa-, Helga Schneider narra en este libro su primer ajuste de cuentas con la memoria, abordando con inusitada candidez los horrores de una infancia robada. Víctima de un triple abandono- madre, padre y madrastra, que rápida y sucesivamente desaparecen de su vida-, la pequeña Helga sobrevive en Berlín, una ciudad que, convertida en una inmensa hoguera por los bombardeos aliados a finales de la guerra, es el escenario de esta crónica de la locura vista por los ojos de una niña, unos ojos lúcidos que no olvidan la violencia física y psicológica de aquella realidad incomprensible.



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