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jueves, 1 de mayo de 2014

Viaje literario por Viena




 La capital austríaca no sólo ofrece música y suntuosos palacios de la realeza europea decimonónica sino también buenos y acogedores cafés literarios que forman parte de la historia de la ciudad. Lujosos y acogedores, hay que disfrutar de una taza de café y una porción de tarta en cualquiera de ellos acompañados de un buen libro.Si decidís visitar la capital del antiguo imperio austro-húngaro tenéis que adentraros en sus cafés literarios y respirar el ambiente intelectual de estos lugares tan entrañables.
Viena está íntimamente relacionada con sus cafés. Espléndidos puntos de encuentro, en los que se sirve una gran variedad de cafés, tartas y otras especialidades austriacas pero que, sobre todo, hablan de la historia de la ciudad. Pese a que los primeros cafés se abrieron en la época del Imperio Otomano, fue en la Viena de finales del siglo XIX cuando vivieron su momento de máximo esplendor. Y el auge de los cafés continuó a principios del XX, cuando los grandes debates literarios y políticos se realizaban frente a una taza humeante y un pedazo de tarta, rodeados de un ambiente íntimo a la vez que señorial. Madera, grandes murales serigrafiados, mesas de mármol, bancos redondeados y tapizados con cálido terciopelo, enormes arañas de cristal, vitrinas y carritos repletos de deliciosos pasteles, café y leche espumosa…

Hoy, como ayer, los cafés vieneses siguen ofreciendo la posibilidad de leer los periódicos del día y sirven una gran variedad de especialidades: el inspanner es café solo doble con nata montada; si se prefiere con leche condensada, hay que pedir un kleiner brauner; el café con leche es el melange y el cortado es el kapuziner. Todos se sirven con un vaso de agua y muchas veces se utiliza la fórmula «1-2-3-4», es decir: un melange, dos vasos de agua, tres periódicos y cuatro horas para leerlos. Ésa es la esencia de los cafés vienenses.

En 2011, la tradicional cultura de los cafés de Viena, fue declarada «práctica social» en la Lista Nacional del Patrimonio Cultural Intangible de Unesco. Por eso, por su encanto y su historia, proponemos una ruta por algunos de los históricos establecimientos en los que hoy es posible seguir disfrutando de un excelente café y una deliciosa tarta rodeados de una envolvente atmósfera:
Café Landtmann (Dr. Karl Lueger Ring, 4). Inaugurado en 1873, fue considerado como el café más elegante de la ciudad. En su página web destacan algunos visitantes ilustres como Peter Altenberg, Sigmund Freud, Gustav Mahler, Max Reinhardt, Marlene Dietrich, Romy Schneider, Burt Lancaster, Hans Moser, the Dutch Queen Juliane, Hillary Rodham Clinton and Sir Paul Mc Cartney. Hoy sigue siendo un lugar de referencia y un clásico único por su ambiente, su fastuoso mobiliario y sus espejos.
Café Central (Herrengasse, 14). Situado en un majestuoso edificio en el centro de Viena, abrió sus puertas en 1876 y pronto se convirtió en punto de encuentro entre la intelectualidad de la época. Arthur Schnitzler, Sigmund Freud, Peter Altenberg y Leon Trotsky fueron algunos de sus habituales. Frente a la puerta se halla una figura en papel maché que representa al poeta Peter Altenberg, quien pasó jornadas enteras sentado en una de sus elegantes mesas y rodeado de columnas de mármol. Fue completamente renovado hace unos años.

Café Hawelka (Dorotheergasse, 6). Menos ostentoso y más íntimo, debe su nombre a su dueño, Leopold Hawelka, una leyenda en la ciudad de Viena. Fue refugio de literatos y artistas de vanguardia, como Ernst Fuchs y Friedensreich Hundertwaser. También el Premio Nobel Elías Canetti frecuentaba este café. Parte de su fama se debe a sus famosos buchteln, una creación de la casa que se elabora a base de bizcocho relleno de mermelada de ciruela.
Café Mozart (Plaza Albertina, 2). Fue fundado en 1794 y totalmente renovado en los años 80 del siglo pasado. Cuentan que era muy frecuentado por Graham Green, quien escribió su novela El Tercer Hombre sentado en una de sus mesas, frente a un humeante café.
Café Bräunerhof (Stallburggasse, 2). Ofrece un espléndido salón con pequeñas mesas de mármol, acompañado con música de valses y operetas. A este café solía acudir el polémico escritor Thomas Bernhard (1931-1989).
Café Frauenhuber (Himmelpfortgasse, 6). Es el café decano de Viena. Sus camareros se dirigen a los clientes con la fórmula gnädiger Herr (Distinguido Señor) y gnädige Frau (Distinguida Señora). Pocos lugares pueden presumir de haber tenido al piano, entreteniendo a sus comensales, figuras como Ludwig van Beethoven y Wolfgang Amadeus Mozart quien hizo aquí su última representación pública el 4 de marzo de 1791.
Café Sacher (Philharmoniker-strasse, 4). Situado en el hotel homónimo, este precioso café es famoso por ser los creadores de la legendaria tarta Sacher, así como el licor Sacher, de chocolate con toque de albaricoque.
Café Museum (Operngasse, 7). En el momento de su inauguración, en 1899, fue muy criticado por apostar por una decoración distinta a la típica de los tradicionales cafés vieneses. La decoración original de Adolf Loos (1870-1933) de estilo art nouveau o jugendstil hoy ha desaparecido. Entre su clientela destacaron los pintores Gustav Klimt, Egon Schiele y Oskar Kokoschka, los escritores Karl Kraus y Elías Canetti, así como los arquitectos Otto Wagner y Adolf Loos.
Café Schwarzenberg (Kärntner Ring, 17). Inaugurado en 1761, fue el primer café del Ringstrasse, el ensanche vienés que se construía en aquellos momentos. Mantiene su encanto histórico y apuesta por conservar las tradiciones de los cafés históricos ofreciendo a su clientela un amplia oferta de periódicos en diversos idiomas y organizando veladas culturales

Café Sperl (Gumpendorfer, 11). Es el único café vienés que conserva su interior original, de estilo jugendstil, sin que haya sufrido ninguna reforma posterior a su fundación en 1880. Ofrece comida tradicional austriaca y pastelería de la casa, como la conocida sperltorte.
Café Griensteidl (Michaelerplatz, 2). Otro de los cafés literarios vieneses de finales del siglo XIX, situado enfrente del Palacio Imperial Hofburg, destaca por su decoración y mobiliario de estilo jugendstil.
Café y Pastelería Demel (Kohlmarkt, 14). Con más de 200 años de tradición, fue acreditada como la «Confitería Imperial y Real de los hijos de Demel» y ha sido uno de los lugares favoritos de reunión de la aristocracia y la burguesía. Destaca su famoso salón rococó y sus deliciosas tartas y mazapanes.
Café Bellaria (Bellariastraße 6). De estilo jugendstil, ofrece excelentes vinos y magnífica cocina vienesa desde el año 1870.

MALETA LITERARIA
 La historia de la literatura tiene muchísimas novelas ambientadas en la capital austríaca, algunas de ellas grandes clásicos de la literatura mundial. Si queréis sumergiros en la ciudad del schnitzel y la música clásica, no dejéis de leer algunas de estas novelas que os dejo a continuación:

EL DÍA QUE NIETZSCHE LLORÓ, Irvin D. Yalom


Este libro de 1992 explica la historia (de ficción) de Sigmund Freud, Josef Breurer (médico) y Friedrich Nietzsche. La novela se sitúa en la Viena de los burgueses, en 1882, y empieza cuando Lou Salomé, una joven vienesa, acude a la consulta del doctor Josef Breuer para pedirle ayuda. Quiere que impida que Friedrich Nietzsche, un desconocido filósofo, se quite la vida. Breuer hace lo que puede usando sus conocimientos médicos, pero pronto tendrá que pedir ayuda a su joven amigo Sigmund Freud. Estudiando e intentando ayudar a Nietzsche, Freud y Breuer empiezan a fundar las que más tarde serán las bases del psicoanálisis como lo conocemos hoy en día.

DOBLE PAREJA, John Irving


Cómo muchos de los libros de John Irving, Doble Pareja es un libro ambientado en Viena con un argumento muy curioso. Trata de un escritor que le propone a su esposa hacer un intercambio de parejas con un profesor de lucha libre. Un menage a quatre, a la vienesa.





JUVENTUD EN VIENA (UNA AUTOBIOGRAFÍA), Arthur Schnitzler


Arthur Schnitzler, uno de los escritores vieneses más famosos que ha dado la capital austríaca, escribe el período de su vida que fue de 1915 a 1920, etapa en la que decidió dejar su puesto de médico en la Policlínica de Viena y decidió hacerse escritor. Mientras nos cuenta sus vivencias, explica cómo era la vida de la burguesía de Viena de la época.




RELATO SOÑADO, Arthur Schnitzler


En Relato soñado, de 1925, Schnitzler cuenta como va destruyéndose poco a poco una relación de pareja. Esta es una novela muy corta sobre un joven médico vienés.
Con una sutileza fuera de lo común y unas capacidades descriptivas y psicológicas extraordinariamente modernas, Arthur Schnitzler nos sitúa en un terreno ambiguo y ambivalente, de una mágica ensoñación.




LA MÁQUINA DE AJEDREZ, Robert Löhr


La máquina de ajedrez está ambientada en la corte vienesa del siglo XVIII, donde Löhr, el autor, mezcla realidad y ficción para contar una historia de intriga en la que Von Kempelen, el protagonista, crea un robot capaz de jugar al ajedrez.
Basada en hechos reales, esta novela es la recreación exquisita de una sociedad ávida de nuevos descubrimientos que hará las delicias de aquellos que disfruta ron con novelas como El perfume y películas como Las amistades peligrosas.



CARTA A UNA DESCONOCIDA, Stephan Zweig


Basándose en esta novela, el director de cine Max Ophulus rodó la obra maestra del mismo nombre en 1948. Carta a una desconocida es una novela muy sencilla, narrada en primera persona por una mujer que acaba de perder a su hijo en la Viena de 1900 cuenta la historia de un escritor que recibe la carta de una mujer que no conoce y que ha estado enamorada de él toda su vida.




UNA LETRA FEMENINA EN AZUL PÁLIDO, Franz Werfel


Situada en Viena en 1936, Una letra femenina en azul pálido habla de la cobardía de un hombre casado que sigue enamorado de un antiguo amor del pasado, que un día le manda una carta hablándole de un supuesto hijo en común.
Werfel consigue que confluyan el estudio psicológico y el análisis social de un modo perturbador de puro preciso, en este libro que se lee hoy como un amargo gesto de despedida de Viena y de toda la civilización centroeuropea.



LA PLAZA DE LOS HÉROES, Thomas Bernhard


Thomas Bernhard, el autor de La plaza de los héroes, necesita un post para él solo. En mi opinión, es el mayor y más célebre escritor vienés, autor de innumerables obras críticas contra la sociedad austríaca y la sociedad capitalista y/o conservadora en general. La plaza de los héroes es una de sus obras más famosas, una obra de teatro que habla de la família Schuster, una família obrera judía que se da cuenta de que Austria sigue igual de conservadora y nazi que 50 años atrás, cuando Hitler la anexionó con Alemania.


EL HOMBRE DE VIENA, Daniel Silva

Daniel Silva nos cuenta en El hombre de Viena, la historia del oficial nazi Radek, el cual hoy en día vive en Viena y es el propietario de un banco. Este libro es una crítica fuertísima al nazismo.






HISTORIA DE UNA PROSTITUTA VIENESA, Josefine Mutzenbacher

Este libro controvertido y de título tan potente, son las memorias de Wilhelmine Shroeder-Devrient, la cantante de ópera, mujer refinada y rica que aprendió sus buenos modales ejerciendo la profesión más antigua del mundo. Este libro es interesante, sobretodo, por conocer las artes amatorias de la sociedad vienesa del siglo XIX.




SANGRE EN VIENA, Frank Tallis

Un asesino en serie está llevando a cabo sus planes en la ciudad de Viena, matando a sus víctimas sádica y aleatoriamente. La policía, junto con un discípulo de Freud, intentarán dar caza a este psicópata en esta novela de intriga y misterio.





2 comentarios:

  1. Me has traído muy buenos recuerdos, pues estuve en Viena el verano pasado, que maravillosos los Cafés.
    Añado a tu estupenda lista otro libro de Zweig "Mendel el de los libros".
    Un abrazo

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  2. Tienes el libro de sangre en viena??? Me encantaria leerlo, mandame el link de descarga

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